El Espíritu Santo no recibe mucho énfasis en 1 Pedro. Pedro lo menciona solamente seis veces:
- En 1.2, el Espíritu es el que santifica a los elegidos.
- Según 1.11, el Espíritu habitaba en los profetas del Antiguo Testamento, indicándoles datos importantes acerca de los sufrimientos de Cristo y su exaltación.
- En 1.12, los que proclaman las buenas nuevas de Jesucristo lo hacen por el Espíritu, quien fue enviado desde el cielo.
- Algunos comentaristas no tratan a 3.18-19 como una referencia al Espíritu Santo. Dicen que en 3.18 hay un contraste entre la carne física de Jesús y su espíritu humano. Sin embargo, por razones mencionadas en las notas exegéticas, es preferible entender este texto como una referencia al Espíritu. En 3.18-19, hay un contraste entre el dominio de la carne y el dominio del Espíritu. Pedro dice que Jesús murió en cuanto a su conexión con el mundo carnal, pero fue vivificado Espíritu. Y en el Espíritu (o por medio de él), Jesús predicó a los espíritus que ahora están encarcelados.
- 1 Pedro 4.6 es una continuación del pensamiento de 3.18. En 3.18, Cristo murió al mundo carnal y fue vivificado al dominio del Espíritu. De la misma manera, dice Pedro en 4.6, los Cristianos fallecidos, que aceptaron al evangelio mientras vivían, fueron juzgados y menospreciados por las personas que todavía viven según la carne. Pero para Dios, estos Cristianos, aunque muertos, están vivos. Ellos viven en el dominio de (o por medio del poder de) el Espíritu. Igual como en el caso de 3.18, algunos comentaristas toman este versículo de otra manera. Dicen que los Cristianos fallecidos fueron juzgados en cuanto a sus cuerpos (su carne), pero viven en sus espíritus. Para mayor información acerca de este versículo, véase las notas exegéticas.
- Y en 4.14, los insultos que los creyentes reciben son una señal que el Espíritu glorioso de Dios reposa sobre ellos y que ellos son bienaventurados.
Pedro menciona los dones espirituales en 4.10-11, que en las cartas de Pablo son dones distribuidos por el Espíritu, pero Pedro no los conecta directamente al Espíritu Santo.
Harrison, Kistemaker, Michaels