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1 Pedro nos llama a que sigamos en las pisadas de Jesús. Este tema de seguir a Jesús fue importante en la vida de Pedro, según el Evangelio de Juan (13.36, 21.19, 21.22). No nos sorprende, entonces, que el mismo tema aparece en sus escritos. Lo que sigue es una lista de textos donde Pedro habla de las similitudes entre Cristo y nosotros sus seguidores.

  1. 2.21-23 es el texto principal en 1 Pedro acerca de seguir el ejemplo de Jesucristo. Pedro habla con los esclavos y les exhorta a que soporten sin represalias al sufrimiento que reciben de parte de sus amos crueles. Cristo sufrió por ellos, dándoles ejemplo de alguien que aceptó el maltrato sin maldecir a los que lo maldijeron. 3.9 sigue con el mismo tema, exhortándonos a que bendigamos a los que nos maldigan. Y 4.1 continúa el tema, diciendo que debemos armarnos de la misma actitud que Cristo tuvo, el de aceptar los padecimientos y dejar atrás la vida carnal.

    Ojo: Hay un elemento más en esta comparación que sería fácil pasar por alto: cuando Cristo sufrió, era para salvarnos. Y la implicación es que nuestro sufrimiento como Cristianos se realiza con la intencion de salvar a otros también. Pedro dice que nuestro amor "cubre una multitud de pecados" (4.8). Y justo después de que Pedro dice en 2.24-25 que Cristo llevó nuestros pecados y rescató a las ovejas descarriadas, en 3.1 dice que "asimismo" las mujeres deben sujetarse a sus esposos inconversos con el motivo de "ganar" a sus esposos por su conducta.
  2. Sufrimos y morimos con Cristo, pero también resucitamos con él y él nos lleva a la vida eterna con Dios. Hay dos textos, ambos difíciles, que hacen otra comparación complicada entre Cristo y sus seguidores: Pedro dice en 3.18 que Cristo murió a la carne y fue vivificado por el Espíritu. Y en 4.6 Pedro dice que los creyentes que fueron perseguidos fueron "juzgados" y rechazados por la humanidad por criterios carnales, pero Dios, por su Espíritu, los juzga por otro criterio y los considera vivos.

    La comparación es esta: tanto Cristo como nosotros decimos "Adios" al mundo "de la carne", el mundo bajo los efectos del pecado, el mundo que va an contra de Dios. Tanto Cristo como nosotros creyentes somos "muertos" a ese mundo, y el mundo nos rechaza, pero tenemos vida en otro plano. Ante los ojos de Dios, tenemos una vida indestructible y eterna. Por el Espíritu de Dios hemos pasado al dominio del Espíritu, al reino de Dios.
  3. 3.18 dice que Cristo murió para "llevarnos a Dios." Era necesario porque éramos como ovejas descarriadas que necesitaban regresar a su Pastor (2.25). La idea es similar a lo que encontramos en Hebreos 2.10, 6.20 y 12.2. Jesús es un pionero, alguien que abre un camino para que otros sigan detrás de él. Es nuestro guía, llevándo a los que lo siguen para que lleguen a Dios. Dios nos llamó a su gloria eterna, y llegamos "en Cristo Jesús" (5.10).
  4. En 1.20 Pedro dice que Cristo fue escogido antes de la creación del mundo. Y en 1.2 Pedro dice que sus lectores fueron escogidos según la previsión de Dios.
  5. En 2.4 Cristo es la piedra viva, rechazada por la humanidad pero escogida por Dios y preciosa para él. En el siguiente versículo los lectores de 1 Pedro también son (y somos) piedras vivas. Él es la piedra cabeza del ángulo, la piedra más importante en la fundación de la casa, y nosotros somos las piedras para construir el resto del templo dedicado a Dios. El resto de la carta dice que los lectores también fueron rechazados por la humanidad (igual que Cristo), y son escogidos y preciosos en los ojos de Dios (igual que Cristo).
  6. En 2.25 y 5.4 Cristo es un Pastor de nuestras almas, el Príncipe de los pastores (NVI "el Pastor supremo"). En 5.2 Pedro exhorta a los ancianos de la iglesia que deben ser pastores del rebaño también.