El autor afirma ser Simón Pedro, un apóstol de Jesucristo: Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo (1.1) Pedro nos dice que fue testigo de la transfiguración de Jesucristo: Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. (1.16-18) Parece que hubo una acusación que el evangelio era una mentira inventada por seres humanos, porque Pedro ofrece tanto su propio testimonio de haber visto la gloria de Jesucristo como una mini-teología acerca de la inspiración de la profecía, para defender el evangelio: no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas (1.16) ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (1.20-21) Hubo otra objeción contra la fe cristiana: que las promesas acerca de la segunda venida de Cristo no se cumplirán, porque mucho tiempo ha pasado y el mundo sigue igual que antes: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. (3.4) Pedro dice que recibió una revelación de parte de Jesucristo para decirle que pronto moriría. Pedro desea usar esta carta como oportunidad para recordar a sus lectores de sus enseñanzas para que los puedan recordar después de su muerte. Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación; sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas. (1.12-15) Esta es la segunda carta que Pedro les escribió: esta es la segunda carta que os escribo (3.1) (No debemos asumir que 1 Pedro es la carta indicada en 2 Pedro 3.1. No hay necesariamente una relación entre estas dos cartas. 2 Pedro 3.1 podría referirse a una carta que no nos fue preservada) Los destinatarios eran Cristianos establecidos en su fe: yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. (1.12) Los destinatarios han recibido varias palabras inspiradas: Pedro habla de la inminente venida de falsos profetas, que estorbarán a los destinatarios. Pedro empieza hablando de ellos como si fueran una amenaza para el futuro cercano (2.1-12). Pero a partir de 2.13 Pedro usa el tiempo presente, como si ya estuvieran presentes. Este cambio del tiempo futuro en 2.1-12 al tiempo presente en 2.13-22 nos da un problema interpretativo: Es difícil decidir entre las dos opciones. Vamos a suponer que Pedro les advierte de algo que viene en el futuro cercano, en parte porque en capítulo 3 Pedro vuelve al tiempo futuro, y en parte porque Pedro dice en 3.17 que les está advirtiendo de antemano: Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos (3.17) Otra manera de explicar el uso del tiempo presente sería suponer que los falsos maestros existían y causaban problemas en otras partes, pero cuando Pedro escribió esta carta, ellos todavía no habían llegado a la región donde vivían los destinatarios. En conformidad con esta interpretación, dejaremos nuestra descripción de los falsos maestros hasta la sección acerca del mensaje de 2 Pedro.La situación del autor
La situación de los primeros destinatarios