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El argumento ontológico es un argumento para la existencia de Dios. Es un argumento que fue creado por Anselmo, un pensador cristiano de la edad media. Este argumento ha convencido a muchas personas de la lógica del Cristianismo a través de los siglos.

El presente autor piensa que este argumento tiene problemas insuperables, y que no se debe usar en la apologética. Pero el argumento es tan conocido, que es importante entenderlo y entender por qué no funciona.

El argumento

El argumento de Anselmo es lo siguiente:

  • Por definición, Dios es “aquel ser, más grande del cual no se puede imaginar.”
  • Dios existe como concepto mental. Es decir, podemos tener en nuestras mentes el concepto de Dios con esta definición.
  • Un ser que existiera únicamente como concepto mental (usemos “D” para representarlo) sería menor a un ser que existiera en la realidad además de existir en la mente (usemos “D + D” para representarlo).
  • Si Dios existiera únicamente en la mente (“D”), podríamos imaginar algo más grande que Dios (“D + D”).
  • Pero sería una contradicción lógica imaginar algo mayor al ser más grande del cual no se puede imaginar.
  • Entonces, Dios necesariamente en la realidad como en la mente.

Refutaciones

Han habido intentos de refutar el argumento ontológico a través de la historia.

Una respuesta durante la vida de Anselmo decía que uno puede imaginar una isla más grande de la cual no se puede concebir. Anselmo respondió que su argumento solo funciona con Dios porque Dios por definición es el Ser más grande del cual no se puede concebir. Acepto la respuesta de Anselmo.

Otros han dicho que uno puede imaginar todo tipo de cosas, pero imaginarlas no las hace reales. Pero en mi opinión, esta respuesta no responde al argumento. El argumento de Anselmo no es “Podemos imaginar a Dios, luego Dios tiene que ser real.”

Mi propia refutación del argumento ontológico es distinta:

  • El problema con el argumento es que usa la idea del infinito.
  • En el argumento, el concepto mental de Dios es infinito por definición. Pero si Dios no existiera, entonces alguien podría imaginar algo más grande que el infinito. Pero “el infinito más uno” es una contradicción lógica.
  • Otro argumento que usa el concepto del infinito es la parábola de Aquiles y la tortuga, que viene de Zenón, un filósofo presocrático. Según la parábola, el dios Aquiles va a competir contra una tortuga en una carrera. Le da a la tortuga una ventaja. La tortuga empieza a caminar, y Aquiles espera. Ahora Aquiles se prepara a alcanzar a la tortuga. Zenón dice que es matemáticamente imposible para que Aquiles la alcance. Porque antes de alcanzar a la tortuga, Aquiles tiene que llegar al punto intermedio entre él y la tortuga. Y antes de llegar al punto intermedio, hay un punto intermedio entre el punto intermedio y Aquiles. Y en realidad hay una infinitud de puntos intermedios entre Aquiles y la tortuga. Con esta parábola Zenón argumentó que el movimiento es una ilusión, porque lógicamente el movimiento es imposible.
  • Tanto el argumento ontológico como la parábola de Aquiles y la tortuga fallan porque LOS PUNTOS NO EXISTEN. Son entidades imaginarias, son marcadores que usamos para dividir y/o medir las cosas. Y siempre puedes dividir por un número más. Si dividiste la anchura de una casa en cuatro partes, puedes también dividirla en cinco partes.
  • He aquí una ilustración de la necedad de usar los puntos y el infinito en argumentos lógicos: Nos enseñaron en clases de matemática que las líneas son series infinitas de puntos. Una línea se estira al infinito. Pero también nos enseñaron que un segmento de una línea es una serie infinita de puntos, porque se pueden dividir infinitamente. Entonces una línea, y un segmento de la misma línea, ¡son igualmente infinitos! Ninguno es más largo que el otro, aunque el uno es una parte del otro. Es una contradicción lógica.
  • Además, para declarar algo “infinito” o “más grande del cual no se puede concebir,” tendríamos que medirlo y compararlo con las demás cosas. Pero por definición el infinito es inmedible. Así que el concepto del infinito no es una manera útil para hablar de Dios. Es tiempo de retirar la idea del infinito como algo absurdo.

Conclusión

Soy Cristiano. Creo en la existencia de Dios. Pero creo que el argumento ontológico no es la demostración lógica de la existencia de Dios que pretende ser. Ya es hora de retirar el argumento. No debemos usar argumentos apologéticos si descubrimos que son ilógicos e inferiores. Dios merece mejor.