El diálogo ha sido importante para la filosofía desde el tiempo de Sócrates. Necesitamos que otros cuestionen nuestras suposiciones, y el acto de comunicar nuestras ideas nos ayuda a articularlas mejor.

Hay una ironía: muchos no creyentes dicen que la fe cristiana es ignorante, pero la rechazan porque han «aceptado una atmósfera» (un clima intelectual), no porque han investigado bien el asunto.

Vern Poythress en el prefacio de John Frame, Apologetics. (Philipsburg, NJ: P & R Publishing, 2015), kindle 00617

Vern Poythress dice que nadie es neutral en cuanto a la religión, y que no debemos fingir ser neutrales en la apologética. Dice que si deseamos la neutralidad, somos desleales a Cristo en eso.

Poythress lo dice en el contexto de un libro de apologética porque el acercamiento clásico de la apologética intenta desarrollar argumentos neutrales, que no se basan en las presuposiciones bíblicas.

Frame aclara en la pp. 8-9 que es lícito empezar con áreas donde el Cristiano y el inconverso pueden concordar (estamos de acuerdo que el cielo es azúl). Pero eso no es lo mismo que la neutralidad, donde asumimos que la Biblia podría ser falsa, y que debemos poner alguna autoridad (la lógica, nuestros sentidos) por encima de la Biblia.

John Frame, Apologetics. (Philipsburg, NJ: P & R Publishing, 2015), kindle 00439, v.t. p. 5, 8-9

Nuestra conducta como Cristianos - nuestro ejemplo, nuestros actos de amor y servicio, nuestra actitud, nuestras virtudes, nuestra forma de relacionarnos con otras personas - es lo que Dios usa para atraer y convertir a las personas. Los argumentos apologéticos son un apoyo importante para responder a las inquietudes y objeciones, pero jamás se convertirá una persona por causa de argumentos lógicos.