El problema del mal se puede resumir así: Si Dios existe, ¿por qué hay existe la maldad? ¿y tanta maldad? ¿y maldad tan horrorosa? El problema del mal es el obstáculo filosófico más grande a la fe cristiana. Pero es más que un argumento filosófico. Es un problema real para toda persona que sufre. Podemos distinguir entre el mal moral y el mal natural. El problema del mal consiste en tres afirmaciones que, cuando las tomamos juntas, parecen contradecirse: Hay por lo menos cinco posibles soluciones generales al problema del mal: La primera posible solución al problema del mal es negar que el mal existe. Pero hay amplia evidencia que el mal existe. Hay criminales, huracanes, y muchas cosas más que causan mucho sufrimiento y mucha injusticia. La segunda posible solución al problema del mal es negar que Dios es todopoderoso. Según esta solución, el mal existe porque Dios no tiene suficiente poder para detenerlo. Pero para los Cristianos esta solución es inaceptable, porque contradice las Escrituras. Dios es todopoderoso. La tercera posible solución al problema del mal es negar que Dios es completamente bueno. Según esta solución, el mal existe porque Dios, aunque tiene el poder para detener al mal, no quiere hacerlo. Pero para los Cristianos esta solución es igualmente inaceptable, porque contradice las Escrituras. Dios es amor. La cuarta solución es concluir que Dios no existe. Pero para los Cristianos esta solución es igualmente inaceptable, porque contradice las Escrituras. Hay una quinta solución al problema del mal: concluir que Dios tiene una razón moralmente suficiente para permitir el mal. Esta es una solución que se puede reconciliar con el Cristianismo, y es la solución que consideraremos. La primera respuesta cristiana al problema del mal: “Nosotros seres humanos no nos damos cuenta de la complejidad de crear un universo y reinar sobre ello. Debemos ser humildades y dejar que Dios haga las cosas a su manera.” La segunda respuesta cristiana al problema del mal: “El libre albedrío tiene un valor moral que justifica la existencia del mal en el mundo.” Dios quiso dar libre albedrío a los seres humanos. Pero el uso del libre albedrío incluía la posibilidad de nuestra desobediencia. Así que es imposible crear un universo con libre albedrío sin el riesgo de introducir el mal a ese universo. Según Génesis 3.17-19, los males naturales fueron las consecuencias del mal moral (el pecado). La Biblia hare una conexión entre el ser humano y la tierra sobre la cual el ser humano fue puesto. Adán el cuidador del planeta fue corrompido, y el planeta fue afectada también. Así que el mal moral y el mal natural entraron al mundo como consecuencia del mal uso del libre albedrío. No podemos culpar a Dios por eso, porque era preferible crear un universo con el libre albedrío que crear un universo donde las criaturas no tuvieran libertad. La tercera respuesta cristiana al problema del mal: “Dios está en el proceso de eliminar el mal, pero el proceso toma tiempo, y estamos viendo el proceso desde nuestra perspectiva limitada.” Esta es la respuesta de 2 Pedro. Pedro menciona una objeción, «¿Qué hubo de esa promesa de su venida? Nuestros padres murieron, y nada ha cambiado desde el principio de la creación.» (2 Pedro 3.4, NVI). Pedro responde, “Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.” (2 Pedro 3.8-9) Dios tiene una superior perspectiva acerca del tiempo. Él ve todo el panorama, y nosotros solo vemos desde el corto tiempo en que vivimos, en medio del proceso de Dios de eliminar el mal. La cuarta respuesta cristiana al problema del mal: “El sufrimiento es parte del proceso que Dios usa para prefeccionarnos.” Vemos varias funciones positivas del dolor en la vida: Esta respuesta al problema del mal es el testimonio de muchos textos bíblicos, entre ellos: La quinta respuesta cristiana al problema del mal: “Hay otras funciones del mal” Dios usa el mal para castigar el pecado, porque es Juez. Es posible que Dios permite extender el tiempo del pecado y sus consecuencias para que el pecado sea reconocido como malo. Es posible que la experiencia de haber pecado será una parte necesaria de nuestra adoración en la eternidad, que nuestra adoración será más completa, porque conoceremos por experiencia personal que hay otras opciones, pero escogeremos a Dios porque sabemos que él es mejor. La sexta respuesta cristiana al problema del mal: “Dios sufre con nosotros.” No adoramos a un Dios como Buda que no puede ser tocado por el sufrimiento de sus criaturas. Adoramos: Jesucristo absobrió la maldad del mundo en la cruz, fue víctima de la crueldad humana, y convirtió su maldad en salvación y vida eterna. Jesucristo venció la muerte por su muerte. Venció el mal porque lo tomó sobre si mismo y la llevó consigo à la muerte. La séptima respuesta cristiana al problema del mal: “¡La respuesta eres tú!” Jesucristo nos llama a seguir en sus pisadas: Tú, como Cristiano, puedes responder a la existencia de la maldad con el amor, expresando el amor de Cristo con tu vida, por el poder del Espíritu, a las personas que sufren.Soluciones generales
Respuestas cristianas al problema del mal
“Entonces, ¿lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien, el pecado, para mostrarse como pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que el pecado, por medio del mandamiento, llegara a ser extremadamente pecaminoso. ” (Romanos 7.13)