http://articulos.giffmex.org > ministerio > apologética

Un “trilema” es un problema con tres opciones contradictorias. Desde el siglo XIX, los apologistas han usado un trilema para afirmar la divinidad de Jesucristo.

En los años 60, el famoso escritor C. S. Lewis presentó el trilema en forma precisa y éste llegó a ser un argumento conocido y popular para defender la fe cristiana. Llegó a conocerse en inglés como el argumento “Lord, liar or lunatic” (se traduce aproximadamente como “Es Mesías, es mentiroso o está majareta”).

El argumento del trilema es este:

1. Jesús afirmó que era Dios. Evidencia:

a. “Pero Jesús les respondía:—Mi Padre aún hoy está trabajando, y yo también trabajo. Así que los judíos redoblaban sus esfuerzos para matarlo, pues no sólo quebrantaba el sábado sino que incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios.” (Juan 5.17-18)

b. “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Juan 8.28)

“Yo soy” es el nombre propio de Dios, “Jehová” o “Yahvé”. Así que no es únicamente una afirmación de que Jesús estaba vivo en el tiempo de Abraham (2100 años antes), sino una aplicación del nombre divino a si mismo. Los Judíos intentaron apedrearlo en el momento porque creían que había blasfemado.

c. “El Padre y yo somos uno.” (Juan 10.30)

Los Judíos intentaron apedrearlo en el momento porque creían que había blasfemado.

d. “—¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: “Muéstranos al Padre”?” (Juan 14.9)

2. Hay dos posibilidades:

  • Jesús era Dios.
  • Jesús no era Dios.

3. Si Jesús no era Dios, hay dos posibilidades:

  • Jesús no supo que no era Dios. Jesús era un loco.
  • Jesús supo que no era Dios. Jesús era un mentiroso. Y no cualquier mentiroso, sino una persona malvada que mentía acerca de temas religiosos para acumular seguidores.

4. La opción que Jesús era loco no tiene sentido. Los Evangelios lo presentan como una persona sumamente inteligente y lista. Sus enseñanzas son algunas de las ideas más apreciadas y universalmente reconocidas hasta el día de hoy.

5. Y la opción que Jesús era un malvado mentiroso no concuerda con la profundidad de sus enseñanzas morales. Para poder producir una moralidad tan alta y sublime requiere un autor sumamente moral. Además, Jesús intencionalmente se puso en peligro en Jerusalén y no intentó escapar cuando lo arrestaron. Murió por sus enseñanzas. Un mentiroso buscando lucro o fama no lo arriesgaría.

6. Entonces, sólo se queda la opción que Jesús era quien decía que era. Jesús es Dios y necesitamos someternos a su autoridad.

Desarrollo del argumento después de Lewis:

Desde entonces los apologistas y sus oponentes han notado dos alternativas más. Así que algunos hablan del “quintilema,” un argumento con cinco opciones contradictorias.

Las dos otras opciones, que encontramos en Peter Kreeft, Handbook of Christian Apologetics, son estas:

Guru: "Jesús dijo que era Dios, pero en sentido místico, en un sentido panteista que encontramos en escritos hindúes o budistas."

  • Según esta opción, Jesús estaba hablando en términos místicos:
    • “Soy Dios en el sentido en que todos somos Dios. Dios y el universo son una sola cosa. Dios está en nosotros. Todos somos dios. Somos parte de dios.”
  • Pero Jesús vivía en una cultura judía en el primer siglo, aislada de ideas panteistas que se desarrollaron en otra parte lejana del mundo.
    • ¿De qué fuente podría haber escuchado Jesús ideas como estas? De ninguna fuente que podría haber tenido en su contexto.
  • Además, estas ideas místicas habrían sido consideradas heréticas por Jesús y sus contemporáneos, porque la Biblia no enseña el panteísmo, la idea que Dios y el universo son una sola cosa. La Biblia enseña un Dios personal y trascendente que hizo la creación y es distinto e independiente de ella.
  • Y aun si Jesús hubiera tenido estas ideas en su mente, ¿podría haber comunicado estas ideas a sus contemporáneos con las palabras que usó? No. Las palabras de Jesús en su contexto judío del primer siglo habrían tenido otro sentido para sus oidores, no un sentido místico. Así que las afirmaciones de Jesús que era Dios no tienen nada que ver con ideas hindúes o budistas.

Mito: "Jesús nunca dijo que era Dios. Los evangelistas pusieron palabras en la boca de Jesús después de su muerte."

  • Esta es la objeción con más peso. Es la opción que ha causado que muchos abandoraran el trilema.
  • Para responder a este último argumento es necesario mostrar la confiabilidad de los Evangelios, algo que esperamos hacer en otro recurso. Si el lector busca materiales sobre esta opción, puede consultar, por ejemplo, El Caso de Cristo por Lee Strobel y el segundo tomo de Evidencia que exige un veredicto, por Josh McDowell.

Conclusiones y procedimiento

  • El presente autor está convencido que el trilema original sigue siendo un argumento sólido para la fe cristiana. Pero el argumento en sí depende de otros argumentos apologéticos sobre la confiabilidad de los Evangelios.
  • El procedimiento debe ser de compartir el trilema original, y si vienen objeciones, responder a las objeciones.
  • La objeción de “guru” es tan ilógica para el tiempo y el contexto en que Jesús vivía, que ni tenemos que sentir la necesidad de mencionarla. Si la persona con quien compartimos el trilema la menciona, podemos refutarla en el momento.
  • Si la persona menciona la objeción de que los Evangelistas pudieran haber escrito mentiras acerca de Jesús después del hecho, es obvio que el tema ha cambiado, y tendrás que presentar las evidencias para la confiabilidad de los Evangelios.

Peter Kreeft y Ronald K. Tacelli, Handbook of Christian Apologetics. (Downer’s Grove: InterVarsity Press, 1994), 158-174. Josh McDowell, Evidence that Demands a Verdict. (Nashville: Thomas Nelson, 1972), 103-109.