- El AT está más interesado en la creación, el mundo de las naciones y la política.
- El AT acepta con más tranquilidad la muerte y las ambigüedades de la vida.
- En el AT falta un retrato “positivo” de la vida después de la muerte.
- El AT no pone tanto énfasis en el Mesías.
- El AT enfatiza más la reverencia para Dios.
- El AT entiende que tenemos la libertad de expresar nuestras quejas, frustraciones y dudas con Dios (Salmos vs. Romanos).
- El AT enfatiza nuestra satisfacción de la vida cotidiana, la vida en familia, y la comida y bebida.
- El AT valora la adoración sacramental.
- El AT exige más frecuentemente la obediencia externa detallada a mandamientos divinos.
Fuente: John Goldingay, Old Testament Theology. (Downer’s Grove: IVP, 2003), 21.