Aunque la mayoría de los profetas mencionados en el Antiguo Testamento eran varones, el AT nunca cuestiona la legitimidad de la existencia de profetisas. Ejemplos de narrativas de llamados proféticos incluyen: Amós 7.14-15, Isaías 6.1-13, Jeremías 1, Ezequiel 1. En el Nuevo Testamento, el llamado de Pablo (Hechos 9, 22 y 26) es similar , y se presenta con elementos similares al llamado de Jeremías (Gálatas 1.15-16). "Prophets, Prophetesses", en Leland Ryken, Jim Wilhoit, Tremper Longman et al., Dictionary of Biblical Imagery, electronic ed. (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000), 671. Las narrativas del llamados proféticos en el Antiguo Testamento tienen un formato típico, casi siempre con los mismos elementos: A veces Dios manda a los profetas transmitir sus mensajes a través de acciones simbólicas: el matrimonio de Oseas, la compra de terreno en Jeremías 32.6–15, el modelo del sitio contra Jerusalén en Ezequiel 4, etc. En el Nuevo Testamento, la maldición de la higuera por Jesús, y su "purificación" del templo, son acciones simbólicas similares a los de los profetas. La mayoría de las profecías se dirigen a Israel y Judá, el pueblo de Dios, pero también hay profecías dirigidas a otras naciones, por ejemplo la profecía de Jonas, y capítulos 13-23 de Isaías. Aún las profecías dirigidas a otras naciones son mensajes dirigidas también a Israel y Judá, porque la profecía de la destrucción de una nación que se oponía a Israel era una consolación para Israel, y una promesa de que Dios la vindicaría a pesar de la oposición de sus enemigos. Hay una conexión íntima entre los profetas y la ley: los profetas llamaban al pueblo de Dios a volver al pacto y a su obediencia a la ley. Por lo general los profetas del Antiguo Testamento pronunciaban ayes y advertencias: mensajes que iban contra el statu quo y que no eran populares. Los mensajes positivos, los mensajes que decía que todo iba bien, eran sospechos. A veces se dice que "los profetas representaban a Dios ante el pueblo, y los sacerdotes representaban al pueblo delante de Dios." Y por lo general esto es correcto. Sin embargo, a veces los profetas intercedían por el pueblo de Israel delante de Dios, representando al pueblo delante de él. Las profecías puestas por escrito en el Antiguo Testamento se pueden dividir en dos categorías: advertencias de inminente juicio sobre el pueblo por su desobediencia a Dios, y promesas de la futura salvación del pueblo por la misericordia de Dios. A veces los profetas criticaban a los reyes de Israel, y a veces los profetas apoyaban al rey. A veces los profetas criticaban el templo y el sacerdocio del Israel, y a veces los apoyaban. Incluso algunos profetas eran sacerdotes. Es una caricatura falsa alegar que los profetas eran personas carismáticas que tomaban una postura en contra de las instituciones de Israel. Es más correcto decir que los profetas criticaban abusos en las instituciones de Israel, y llamaban a los reyes y sacerdotes a ser fieles al llamado que recibieron de Dios. Walter Brueggemann escribe acerca de la "imaginación profética": los profetas eran personas con la visión para imaginar un mejor futuro para Israel. Cuando Israel solo podía fijarse en las tentaciones pecaminosas, los profetas imaginaban un Israel castigado por Dios y así purificado de su pecado. Cuando Israel estaba destruida y perdía la esperanza, los profetas imaginaban un futuro de restauración y bendición para el pueblo de Dios. Israel tenía la tendencia de resistir, perseguir y hasta matar a los profetas que Dios le mandaba. Vemos la articulación de este tema particularmente en el Nuevo Testamento (p. ej., Mt. 23.29-32, Lc 11.47-50, 13.24, Hch. 7.52), pero vemos muchos ejemplos de este fenómeno en el Antiguo Testamento. A veces imaginamos a los profetas como figuras solitarias, pero el Antiguo Testamento menciona la existencia de escuelas proféticas (1 S 10.10, 2 R. 2.3-15, Is. 8.16). Deuteronomio 18.15 indica que la profecía era una función ocasional, no una institución duradera como el sacerdocio o el reinado. Cuando había necesidad Dios "levantaba" profetas como Moisés para pasar sus mensajes al pueblo. (Es interesante notar que en el libro de Hechos, Pedro juega con esta palabra "levantará": en la resurrección, Dios "levantó" a su profeta Jesús como señal al pueblo y como un cumplimiento sorprendente de Dt 18.15). Fuentes: "Prophets, Prophetesses", en Leland Ryken, Jim Wilhoit, Tremper Longman et al., Dictionary of Biblical Imagery, electronic ed. (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000), 671.Profetisas
Llamados proféticos en la Biblia
La esencia de ser profeta
El formato de los llamados proféticos
Acciones simbólicas
Profecías dirigidas a otras naciones
Profecía y ley
Malas noticias
¿A quién o a quiénes representaba el profeta?
Juicio y salvación
La relación entre profetas y reyes
La imaginación profética
La oposición a los profetas
Escuelas proféticas
Dios "levantará" a un profeta