En 382 d.c., pocos años después de la finalización del canon del NT, el Papa Damasco comisionó a Jerónimo a empezar un proyecto que poco a poco se convirtió en una traducción de toda la Biblia a Latín. La Biblia Vulgata (vulgata = “común”, el texto para el uso común) llegó a ser la versión oficial de la Iglesia por siglos. La traducción del AT se basó en el texto hebreo, no en la LXX. Sin embargo, incluye a los libros apócrifos, que se encuentran en la LXX pero no en el texto hebreo, y pone a los libros en otra secuencia. Jerónimo no quiso incluir a los libros apócrifos, pero su opinión fue denegada.El origen de la Vulgata
El Antiguo Testamento en la Vulgata