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La situación de Pablo cuando escribió su carta a los Colosenses

Pablo estaba en prisión por predicar el evangelio, y Aristarco era prisionero juntamente con él:

«Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;» (1.24) [entiendo el 'por vosotros' como 'por ustedes Gentiles' no 'por ustedes Colosenses', porque Pablo nunca había visitado la iglesia en Colosas. Véase abajo.]

«...el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso» (4.3)

«Aristarco, mi compañero de prisiones...» (4.10)

«Acordaos de mis prisiones.» (4.18)

Varios colegas en el ministerio estaban cerca de Pablo y enviaban saludos:

«Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo» (1.1)

«Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle; » (4.10)

«y Jesús, llamado Justo;» (4.11)

«Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.» (4.12-13)

Este Epafras era de Colosas y fue el primero en predicar el evangelio en Colosas: «desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.» (1.6-8)

«Os saluda Lucas el médico amado, y Demas.» (4.14)

Pablo envió la carta con Tíquico y Onésimo, que eran de Colosas. (Para más sobre este Onésimo, ve la carta a Filemón)

«Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor, el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.» (4.7-9)

Pablo no había conocido la iglesia en Colosas directamente. Puede ser por esta razón que no escuchamos muchos de los detalles personales acerca de esta iglesia.

Pablo solo había oído de ellos: «habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos...» (1.4)

«Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;» (2.1)

La situación de los Colosenses cuando Pablo les escribió

Eran de la ciudad de Colosas

«a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas...» (1.2)

Los Cristianos en Colosas eran mayormente Gentiles (personas no judías)

«Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras» (1.21) [Esta descripción es similar a Efesios 2.11-12, donde es claro que se trata de Gentiles]

«En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;» (2.11) [Pablo dice que aunque no habían sido circuncidados físicamente, como hacen todos los Judíos, los Colosenses fueron circuncidados espiritualmente por Cristo]

«Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo» (2.16) [Esto implica que los Judíos no cristianos en Colosas juzgaban a los Cristianos por seguir al Mesías sin adoptar estos aspectos de la cultura judía]

«Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.» (3.5-7) [Los pecados mencionados aquí, en que 'en otro tiempo' los Colosenses vivían, son pecados que eran más comunes entre Gentiles, no entre Judíos]

Arquipo, que también se menciona en Filemón, era un Cristiano en Colosas que tenía algún cargo ministerial que cumplir

«Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.» (4.17)

Cuatro veces se menciona la ciudad cercana de Laodicea, donde también hubo una iglesia cristiana. Pablo envió cartas a las dos iglesias, y esperaba que compartieran sus respectivas cartas entre sí. [Algunos especulan que nuestra carta a los Efesios es la carta a Laodicea, porque los manuscritos más viejos y confiables de Efesios no contienen las palabras 'en Efeso' en 1.1. No hay manera de confirmar o desconfirmar esta especulación.]

«Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea» (2.1)

«Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.» (4.13)

«Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.» (4.15)

«Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros.» (4.16)

Pablo les felicita a los Colosenses por su fe, esperanza y amor

«habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos» (1.4-5)

Los comentaristas hablan de la 'herejía' (falsa doctrina) de Colosas y debaten sobre las raíces de esta herejía. El presente autor no está convencido que todos los elementos heréticos que Pablo menciona pertenecían a una sola religión. Es más fácil concluir que Pablo estuvo advirtiendo a los Colosenses de varias amenazas doctrinales y éticas que Epafras le había mencionado, y que no todas estas amenazas estaban directamente conectadas.

Las falsas ideas eran las siguientes:

Filosofías humanas (seguramente algunas de las doctrinas que venían de las filosofías griegas, como la negación de la resurrección del cuerpo que Pablo enfrentó en Atenas (Hechos 17.32)

«Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.» (Colosenses 2.8)

Como vimos arriba, parece que hubo disputas en cuanto a la dieta y los días festivos (seguramente los días festivos de los Judíos)

«Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo» (2.16)

La adoración de los ángeles

«Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal» (2.18)

Un asceticismo riguroso que prohibía varias actividades

«¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.» (2.20-23)

Leyendo entre las líneas, posiblemente hubo también una devaluación de la doctrina de Cristo, porque Pablo enfatiza esta doctrina en los términos más elevados en Colosenses 1.15-20.