Cuando Pablo escribió esta carta, estuvo encarcelado en Roma. Pablo menciona sus 'prisiones' en Filipenses 1.7, 1.12-17, y 1.30. Existía la posibilidad de que fuera sentenciado a la muerte, pero Pablo estuvo confiado de que pronto sería soltado, y que podría visitar a los Filipenses. Algunos Cristianos en Roma estaban predicando con el propósito de enojar a las autoridades contra Pablo. Puede ser que estos Cristianos tenían envidia de la popularidad de Pablo y lo veían como rival. Puede ser que quisieron minar a Pablo para exaltarse a si mismos en su lugar. Pero Pablo estuvo feliz, porque había otros que predicaban con denuedo y con motivos sinceros, y de todos modos, por buenos motivos o por malos, el evangelio se estaba predicando. Hubo una profunda amistad entre Pablo y los Filipenses. Varias veces los llamó 'hermanos' y 'amados' en esta carta. Los filipenses le habían enviado un donativo para apoyar a Pablo. Pablo escribió esta carta para agradecerles por su donativo. Pero Epafrodito, quien trajo el donativo, se había enfermado gravemente, y Pablo sintió la necesidad de enviarlo de vuelta a los Filipenses (2.25-30). Según Pablo, la persecución venía en camino para los Filipenses (1.27-28), y también la amenaza de los Judaizantes (3.2ff). El único problema en la iglesia en Filipos cuando Pablo la escribió fue un conflicto entre dos mujeres, Evodia y Síntique (4.2). Ve nuestro apéndice, Filipos y los Filipenses, para aprender más sobre la ciudad de Filipos y la iglesia en esa ciudad.