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El libro de Filipenses no menciona a los ángeles, los demonios, o el diablo.

Hechos 16.20-21 demuestra que los Filipenses estaban orgullosos de su ciudadanía romana:

  • y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.

En Filipenses Pablo apeló dos veces al tema de la ciudadanía para motivar a los Filipenses:

  • En Filipenses 1.27 Pablo usó una palabra griega que significa la «conducta civil»
  • En Filipenses 3.20 Pablo les recordó que ante todo, eran ciudadanos, no del imperio romano, sino del cielo.
    • El punto de Pablo en este versículo no era que iremos al cielo al morir, sino que somos ciudadanos del cielo viviendo aquí en la tierra. Somos representantes de nuestra patria celestial, y debemos conducirnos como tales. No debemos traicionar a nuestra patria, viviendo conforme a la conducta inapropiada de este mundo.

Filipenses 4.11-13 contiene una pequeña teología del contentamiento.

Filipenses 2.6-7 lleva por implícito una alta cristología - específicamente las doctrinas de la preexistencia, divinidad y encarnación de Jesucristo.

En Filipenses 1, Pablo menciona la doctrina del estado intermedio. Pablo estuvo confiado que al morir, él estaría en la presencia de Jesucristo.

A pesar de su encarcelamiento, Pabli quiso animar a los Filipenses con el tema del gozo (2.17, 3.1, 4.4).

La iglesia y los creyentes se mencionan con tres nombres en Filipenses:

  • Los santos (1.1, 4.21-22)
  • Los hermanos (2.25, 3.1, 3.17, 4.1, 4.21)
  • La iglesia, las iglesias (3.6, 4.15)

La muerte de Jesucristo en la cruz se menciona tres veces en Filipenses:

  • En 2.8 Pablo describe a Jesucristo, que fue «obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.»
  • Pablo desea participar en los padecimientos de Cristo, «llegando a ser semejante a él en su muerte» (3.8-11)
  • Pablo habla de los «enemigos de la cruz de Cristo» en 3.18

Pablo menciona el tema de la pureza o la santida cuando exhorta a los Filipenses a ser «sencillos» y «sin mancha» en Filipenses 2.14, y cuando los anima a meditar sobre «todo lo que es puro» en 4.8. Podemos mencionar también aquí las veces que los llama los «santos».

En Filipenses 1.19-20 Pablo espera no ser avergonzado, pero en contraste, en 3.18-19, la gloria de los adversarios de Cristo es su vergüenza.