Al final, llegamos a amar lo bello en sí, lo bellos absoluto. Llegamos a amar la belleza de la verdad y de la razón. Llegamos a amar la belleza de las almas. Después llegamos a amar las almas bellas. Llegamos a amar la belleza de todos los cuerpos. Empezamos amando un cuerpo bello. Este ascenso explica la frase «amor platónico», tanto en inglés como en español. André Comte-Sponville, Ni el sexo ni la muerte (México: Paidos, 2012), p. 54-57.La dialéctica ascendente de Platón