Cinco razones por las cuales estamos perdiendo nuestra habilidad de escuchar- Ya que tenemos maneras de grabar mensajes (por escrito, en audio y en video), nuestra incentiva para escuchar con precisión se ha disminuido. Racionalizamos que siempre podemos checar nuestras notas después.
- El mundo hace tanto ruido que buscamos refugio del ruido en nuestras ‘burbujas personales’.
- Somos más impacientes. “Ya no queremos oratorio, queremos soundbites.”
- Las conversaciones bidireccionales se están reemplazando con “emisiones personales” (en mensajes de texto y blogs).
- Nos estamos insensibilizando a lo callado, a lo sútil. Los medios de comunicación tienen que gritar o escandalizar para obtener y mantener nuestra atención.
Fuente: http://www.ted.com/talks/view/lang///id/1200 |
Textos bíblicos acerca de la importancia de la escucha- Mateo 11.15: “El que tiene oídos para oír, oiga.”
- Mateo 13.16: “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.”
- Lucas 8.18: “Mirad, pues, cómo oís;”
- Hechos 7.51: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos!”
- Santiago 1.19: “…todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;”
- Apocalipsis 2.7: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
- Zacarías 7.11-12: “Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
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Cosas que hacemos en lugar de escuchar y valorar lo que nos dicen- Interrumpir a la persona o terminar la oración que la persona empezó a decirnos
- Pensar en otras cosas y fingir que estamos escuchando
- Pensar en la respuesta que vamos a dar en lugar de escuchar bien
- Mirar en otras direcciones en lugar de mirar a la persona que nos habla
- Hacer otras cosas (p. ej., checar o escribir mensajes de texto, checar el reloj) mientras escuchamos, no dando nuestra atención completa
- Cambiar el tema porque no nos interesa el tema que la persona sacó
- Apurar a la persona para que se termine
- Minimizar los sentimientos de la persona, por ejemplo, decir: “no te preocupes, no es nada”.
- Responder en forma biográfica, dando ejemplos del tema en nuestras vidas. Esto mueve el enfoque desde la otra persona hacia nosotros.
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El control que necesitamos sobre nuestros oídos tiene dos enfoques:- Cómo escucharemos a Dios y a las personas – ¿escucharemos atentamente o superficialmente?
- A qué y a quién escucharemos o no escucharemos – ¿A cuáles comunicaciones debemos tapar nuestros oídos? ¿Qué voces realmente merecen nuestra atención?
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Algunas voces que debemos escuchar, según Proverbios:- Las palabras de corrección y amonestación - “El oído que escucha las amonestaciones de la vida, Entre los sabios morará.” (Proverbios 15.31)
- El clamor de los necesitados - “El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.” (Proverbios 21.13)
- La sabiduría - “Aplica tu corazón a la enseñanza, Y tus oídos a las palabras de sabiduría.” (Proverbios 23.12)
- La ley de Dios - “El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable.” (Proverbios 28.9)
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Tres cosas que no debemos hacer hasta que hayamos escuchado bien a la persona- Interpretar o llegar a conclusiones personales acerca de los motivos de la persona
- Evaluar sus palabras como buenas o malas
- Aconsejar a la persona con nuestras soluciones
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Otras observaciones acerca del escuchar- Si Dios nos dio dos oídos y una boca, eso nos indica que probablemente debemos escuchar dos veces más que hablar.
- La Biblia contiene muchos “llamados a la atención” precisamente porque no siempre estamos atentos. Ejemplos: “He aquí”, “No quiero que ignoréis”, “Oye, Israel”.
- Escuchar es dar un cumplido a la persona, o a Dios: “Tú me importas; yo podría dar mi atención a cualquier cosa, pero te la voy a dar a tí.”
- Muchas veces las personas nos hablan, no tanto para buscar soluciones, sino para ser escuchadas, para dar voz a sus problemas y saber que alguien valora su voz.
- No nos gusta el silencio, nos incomoda. Pero cuando quitamos los audífonos, apagamos los aparatos que nos distraen y dejamos de platicar necedades, tenemos la posibilidad de escuchar lo que Dios nos quiere enseñar.
- El arte de la escucha discierne la diferencia entre lo que una persona nos dice y lo que está tratando de decirnos. ¿Qué situaciones, emociones, presiones podrían estar detrás de sus palabras?
- La escucha se hace con los ojos además que con los oídos. ¿Qué nos dice el tono de voz, los gestos, las expresiones faciales, los ademanes, y la postura de la persona?
- El que quiere esuchar para aconsejar a una persona, tolerará los silencios que suceden mientras la persona busca las palabras o busca la valentía de hablar.
- Parte del dominio propio de la escucha es evitar juzgar a la persona, y evitar los gestos y tonos que comunican a la otra persona que estamos cerrados a lo que nos dicen.
- La memoria es parte de la escucha. Cuando escuchamos a algo importante, se requiere escuchar para poder recordarnos, para que no se nos olvide.
- Nuestra postura indica el interés que tomamos en la persona y sus palabras: inclinarnos hacia atrás indica que no nos interesa; inclinarnos hacia la persona indica que estamos interesados.
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