Recomendaciones para la lectura inicial del texto bíblico: No fue hasta los tiempos modernos que se empezó a leer los libros en silencio. En los tiempos bíblicos y hasta la Edad Media, se leían los libros en voz alta. Por esta razón los autores escribían sus textos con señales y patrones orales y retóricas, para la lectura en voz alta. En cambio, los autores de hoy en día escriben con señales y patrones visuales, porque sus textos serán impresos y formateados, y leídos en silencio. La lectura en voz alta también es buena porque obliga al lector a tomar ciertas decisiones interpretativas mientras lee: A veces creemos que conocemos el texto bien, porque es un texto conocido. Pero muchas veces al leer el texto cuidadosa y repetidamente, descubrimos nuevos elementos que no habíamos notado anteriormente. Es bueno buscar diferentes cosas con cada lectura. Por ejemplo, leerlo una vez para ver cuáles son los personajes mencionados, otra vez para ver la estructura, otra vez para ver las figuras, etc. El lector de habla hispana cuenta con una diversidad de traducciones de la Biblia: varias versiones de la Reina Valera; Dios Habla Hoy; La Biblia al día; La Biblia de las Américas; La traducción en lenguage actual; La Nueva Versión Internacional; varias versiones católicas romanas. Ninguna traducción entre idiomas es exacta. Algunas versiones tratan de traducir las palabras y construcciones griegas muy literalmente, pero por esta razón no suenan muy natural en español, y resultan difíciles de leer. Al otro extremo hay Biblias que tratan de usar el estilo y los modismos del español moderno para ser más fácil de leer, pero por esta razón no reproducen las palabras del griego con exactitud. Es bueno tener a mano una versión literal como La Biblia de las Américas o la Reina Valera, y una o dos versiones con lenguaje moderno como la Nueva Versión Internacional y Dios Habla Hoy. La meta de leer la Biblia en varias versiones no es para confundir al lector sino para darle más opciones y posibilidades para entender e interpretar al texto. Lo que queda oscuro en una versión es a veces más claro en otra versión. Lo mínimo que se debe hacer para todo texto es leer el texto anterior y el texto que sigue para ver qué conexiones nuestro texto tiene con su contexto inmediato. De preferencia, se debe pensar en el contexto de todo el libro para ver cómo funciona nuestro texto en el contexto del libro bíblico en que se encuentra. Usa el cuestionario que hemos provisto. Estas reacciones incluyen:Leer el texto en voz alta
Leer el texto bíblico repetidamente
Leer el texto bíblico en diferentes versiones
Leer el texto en su contexto más amplio
Leer el texto, apuntando las observaciones y reacciones iniciales de uno