Una vez que hemos estudiado el texto profundamente, estamos preparados para el paso más difícil pero más importante de la exégesis: discernir y articular el problema, objetivo y resumen del texto. ¿Qué circunstancias, problema o necesidad provocó la composición de este texto? Ejemplos: ¿Qué quiso lograr el autor humano cuando escribió este texto? El formato del objetivo es "Infinitivo" + "a sus lectores" + cualquier otra información adicional necesaria. Ejemplos: En el caso de discursos dentro de narrativas, se puede considerar el objetivo del locutor (Jesús, Pedro, Pablo, etc) en dar su discurso a sus oidores. Lista de posibles infinitivos para el objetivo: Enseñar / instruir, exhortar, rogar, advertir, consolar, animar / motivar, amonestar / corregir, defender, explicar, persuadir / convencer. En pocas palabras, ¿qué dice el texto? ¿Cuál es el grano, la esencia, o el punto principal de tu texto? Este paso el el más difícil de los pasos exegéticos. Pero también es el paso más importante, porque quieres que tu sermón diga lo que diga la Palabra de Dios, no tus propias opiniones, y quieres que tus oidores sean capaces de resumir y recordarse del punto principal del texto. Si no puedes resumir el punto principal de tu texto, corres el riesgo de predicar algo diferente de lo que dice el texto bíblico. Y si tú, la persona que estudió este texto a fondo, no lo puedes resumir en pocas palabras, ¿cómo podrán hacerlo tus oidores? Es importante que el resumen tenga las siguientes características: Ejemplos: Malos ejemplos:Primer paso: Discernir el problema que provocó al autor a escribir este pasaje.
Segundo paso: Discernir el objetivo del autor en escribir este pasaje
Tercer paso: Articular el resumen del texto