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Lo contrario de la alabanza es la crítica, las quejas. Juan Carlos Ortiz usa la ilustración de los idiomas. A veces un extranjero habla unas cuantas palabras en español, y uno empieza a hablar con ellos, pensando que conocen el idioma. Luego te das cuenta que sólo saben unas frases. Siguen hablando su propio idioma. De la misma manera, hay personas que aprenden frases de alabanza, “Gloria a Dios,” “Aleluya,” “Amén,” etc. Pero el resto del día vuelven al único idioma que saben, las críticas y las quejas.

Juan Carlos Ortiz, Discípulo, 81.

Juan Carlos Ortiz dice que la alabanza es el “reconocimiento de virtudes” – cuando alabamos a Dios tenemos que alabarle por algo en específico, por una de sus virtudes o alguna de sus acciones. Cuando alguien grita “Alabado sea Dios”, Ortiz le pregunta “¿Por qué?” Muchas veces no tienen respuesta, y demuestran que su alabanza es vacía. Ortiz compara esta alabanza vacía a un regalo a Dios, que cuando lo abre, no hay nada por dentro.

Juan Carlos Ortiz, Discípulo, 76-77.

“[Adorar a Dios como espectador] es una contradicción. Adorar es un verbo. No es algo que se hace a nosotros o para nosotros, sino es algo que hacemos.”

Sally Morgenthaler, Worship Evangelism

Además del propósito de adorar a Dios, el culto cristiano tiene otros propósitos:

  • Hebreos 10.24-25 dice que nos reunimos entre Cristianos para estimularnos al amor y a las buenas obras. Parte de nuestra motivación para ir al culto debe ser para animar a nuestros hermanos en Cristo.
  • Mucho del lenguaje cúltico en la Biblia es para exhortar a las naciones a adorar a Dios. La palabra aleluya es una exhortación: ¡Alaben a Jehová! Max Anders dice que un propósito del culto es para llamar la atención del público a la grandeza de Dios y las cosas que él ha hecho. El culto es un acto evangelístico.
  • Así que el culto se dirige a Dios, pero también es una palabra de ánimo que dirigimos a nuestros hermanos en Cristo, y una palabra de exhortación al mundo inconverso.

Reflexión basada en ideas de Max Anders, Brave New Discipleship, p. 48.