Texto bíblico: Reina Valera Revisada (1995) Bible Text (Miami: Sociedades Biblicas Unidas, 1998)4.13 Y les dijo: - ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 4.38-40 Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron y le dijeron: - ¡Maestro!, ¿no tienes cuidado que perecemos? Él, levantándose, reprendió al viento y dijo al mar: - ¡Calla, enmudece! Entonces cesó el viento y sobrevino una gran calma. Y les dijo: - ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 6.35-37 Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, y le dijeron: - El lugar es desierto y la hora ya muy avanzada. Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor y compren pan, pues no tienen qué comer. Respondiendo él, les dijo: - Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: - ¿Quieres que vayamos y compremos pan por doscientos denarios y les demos de comer? 6.49-52 Viéndolo ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y gritaron, 50 porque todos lo veían, y se asustaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: - ¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis. Subió a la barca con ellos, y se calmó el viento. Ellos se asustaron mucho, y se maravillaban, pues aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones. 7.17-19 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. Él les dijo: - ¿También vosotros estáis así, sin entendimiento? ¿No entendéis que nada de fuera que entra en el hombre lo puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? 8.4-5 Sus discípulos le respondieron: - ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a estos aquí en el desierto? Él les preguntó: - ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: - Siete. 8.14-21 Se olvidaron de llevar pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. Y él les mandó, diciendo: - Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes. Discutían entre sí, diciendo: - Es porque no trajimos pan. Entendiéndolo Jesús, les dijo: - ¿Qué discutís?, ¿porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿No recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: - Doce. - Y cuando repartí los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: - Siete. Y les dijo: - ¿Cómo es que aún no entendéis? 8.32-33 Entonces Pedro lo tomó aparte y comenzó a reconvenirlo. Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: - ¡Quítate de delante de mí, Satanás!, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. 9.5-6 Entonces Pedro dijo a Jesús: - ¡Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí! Hagamos tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. No sabía lo que hablaba, pues estaban asustados. 9.18 Dije a tus discípulos que lo echaran fuera, pero no pudieron. 9.28-29 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: - ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Y les dijo: - Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. 9.32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle. 9.33-34 Llegó a Capernaúm y, cuando estuvo en casa, les preguntó: - ¿Qué discutíais entre vosotros por el camino? Pero ellos callaron, porque por el camino habían discutido entre sí sobre quién había de ser el mayor. 9.38-40 Juan le respondió diciendo: - Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue, y se lo prohibimos porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: - No se lo prohibáis, porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda hablar mal de mí, 40 pues el que no es contra nosotros, por nosotros es. 10.13-14 Le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo: - Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios. 10.26-27 Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: - ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: - Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios. 10.32 Jesús iba delante, y ellos, asombrados, lo seguían con miedo. 10.35-40 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron y le dijeron: - Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte. Él les preguntó: - ¿Qué queréis que os haga? Ellos le contestaron: - Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Entonces Jesús les dijo: - No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Ellos respondieron: - Podemos. Jesús les dijo: - A la verdad, del vaso que yo bebo beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado. 13.1-2 Al salir Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: - Maestro, ¡mira qué piedras y qué edificios! Jesús, respondiendo, le dijo: - ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada. 14.3-6 Pero estando él en Betania, sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho valor; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. Entonces algunos se enojaron dentro de sí, y dijeron: - ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?, pues podía haberse vendido por más de trescientos denarios y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: - Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. 14.10-11 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo. Ellos, al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarlo. 14.27-31, 14.66-72 Sus discípulos lo abandonan y Pedro le niega tres veces 14.32-42 Los discípulos duermen en Getsemaní