Neal Plantinga dice que es de provecho para los pastores estudiar poemas [y recitarlas en voz alta] a menudo. Plantinga dice que nadie presta más atención que los poetas a cosas como la dicción y el ritmo, y aunque los predicadores no predican sus sermones como poemas, hay mucho que pueden aprender de los poetas. Fuente: Plantinga, Reading for Preaching, 15. Mientras más palabras podemos arrancar de nuestros sermones, mejor. Debemos ser concisos y precisos. En parte, porque el exceso de palabras demuestra nuestra falta de calidad como locutores, pero aún más importante, las palabras innecesarias «no alimentan al rebaño» (54). «La antigua regla para la composición apretada es que cada sílabo masacrado es una buena obra.» (55) Fuente: Plantinga, Reading for Preaching.Estilo poético
Economía verbal