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El problema : ¿Por qué la mayoría de los Judíos rechazaban el mensaje de Jesucristo? ¿Cómo podemos reconciliar esto con el hecho que Dios escogió a Israel? ¿Sus promesas fallaron? ¿O acaso a los Judíos Dios los ha puesto a un lado? (9.1-5)

Hay una distinción entre los descendientes físicos de Abraham y los hijos que heredan la promesa. Esto podemos ver desde el principio, en las historias de Isaac e Ismael, y Jacob y Esaú. (9.6-13)

Pero Dios no es injusto. Él tiene el derecho a mostrar su misericordia a las personas que él quiere. Hasta tiene el derecho de crear personas que él sabe de antemano van a ser los objetos de su ira. Y lo hace para mostrar su gloria a los objetos de su misericordia. (9.14-23)

Y los objetos de su misericordia son también los Gentiles, como estas citas de Oseas e Isaías demuestran. (9.24-29)

La razón que los Gentiles han obtenido la justicia es que ellos aceptaron el camino de la fe, mientras los Judíos optaron por el camino de las obras de la Ley. (9.30-10.4)

Y la justicia que viene por la fe es la que proclamamos, que todos los que invocan el nombre de Jesús serán salvo. No se puede decir que no oyeron, porque el mensaje ha cubierto el mundo. Y no se puede decir que no entendieron, porque aun los que carecían de conocimiento y deseo hallaron la verdad. El AT dice que el problema de Israel es su terquedad. (10.5-21)

Pero Dios no ha rechazado su pueblo Israel. Ha preservado un remanente, igual como hacía en el tiempo de Elías, y dejó que los otros se endurecieran. (11.1-10)

Pero no han caído más allá de la esperanza. Su caída ha dado oportunidad a los Gentiles, y como las Escrituras dicen (véase 10.19), esto provocará celos en Israel, y ellos después creerán, y este hecho traerá aun más bendición al mundo que su caída. (11.11-16)

Así que, Ustedes Gentiles, ¡no sean arrogantes contra los Judíos! Dios puede removerles a Ustedes de su árbol igual como removió a los Judíos. (11.17-24)

Deben saber que Dios salvará a Israel. Irrevocables son los dones y el llamado de Dios. Por ahora ellos son los desobedientes, como antes eran Ustedes. Pero igual como Ustedes ahora han recibido misericordia, ellos también tendrán su día de recibir misericordia. (11.25-32)