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El nombre tradicional de esta doctrina es la elección incondicional.

La controversia no se trata de creer en la elección o no. Todo Cristiano, reformado o arminiano, afirma, o debe afirmar, la predestinación y la elección. Estos conceptos aparecen repetidamente en la Biblia. Jacobo Arminio no negaba la doctrina de la predestinación o la elección. Simplemente tenía otro concepto de cómo funciona la elección.

El buen deseo de Arminio era de enfatizar la necesidad de toda persona de poner su fe en Cristo para la salvación. Pero la Biblia dice que Dios eligió o predestinó a las personas desde antes de la creación del mundo (Efesios 1.4). ¿Cómo se puede armonizar la decisión de Dios de elegir a ciertas personas a la salvación con la decisión que cada persona necesita hacer de poner fe en Cristo? ¿Quién decide primero?

Arminio enseñó que Dios vio de antemano quienes pondrían su fe en Cristo. Arminio dijo que fueron estas personas que Dios eligió o predestinó desde la eternidad.

El Sínodo de Dort respondió que si fuera así, entonces la fe en Cristo sería una buena obra. Dios estaría salvando a las personas en base a la fe de ellos, no por su propia gracia. Y por consecuencia la salvación no sería por la gracia de Dios sino por las obras de los seres humanos

El Sínodo de Dort afirmó lo que dice la Biblia:

  • ….porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe…. (Efesios 2.8-9)
  • Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con la humanidad, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia (Tito 3.4-5)

La posición de Dort:

  • Todo ser humano merece ir al infierno. Dios sería justo dejarlos en su condenación
  • Pero Dios en su gracia eligió salvar a ciertos seres humanos
  • Dios los eligió por su pura gracia, sin ver algo digno de salvar en ellos

Respuestas

El Sínodo de Dort dijo que Dios no es obligado a salvar a nadie, porque todos pecaron voluntariamente contra su autoridad como Rey. “Dios, no habría hecho injusticia a nadie si hubiese querido dejar a todo el género humano en el pecado…” (Cánones de Dort, cap. I, art. 1)

Si Dios no es obligado a salvar a nadie, entonces no es obligado a salvar a todos si decide salvar a algunos. Dios libremente escoge salvar a algunos, y justamente deja a los demás en sus pecados. Dios “…ha resuelto dejarlos en la común miseria en la que por su propia culpa se precipitaron, y no dotarlos de la fe salvadora y la gracia de la conversión…” (Cánones de Dort, cap. I, art. XV).