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Definiciones de la moral

«La moral responde a la pregunta '¿Qué debo hacer?': es el conjunto de mis deberes, es decir, de los imperativos que reconozco como legítimos, aunque a veces, como a todo el mundo, no los respete.»

- André Comte-Sponville, Las más bellas reflexiones sobre la vida, 40.

«Su moral es lo que exige de sí mismo, no en función de la mirada ajena o de tal o cual amenaza exterior, sino en nombre de una cierta concepción del bien y del mal, del deber y de lo prohibido, de lo admisible y lo inadmisible, es decir, de la humanidad y de usted mismo. Concretamente, la moral es el conjunto de las reglas a las que se sometería aunque fuera invisible o invencible.

André Comte-Sponville, Las más bellas reflexiones sobre la vida, 38-39.

La moral y la religión

Podemos hablar de la moral cristiana, la moral que fluye como consecuencia de la doctrina cristiana. Sin embargo, hay un sentido en que, para ser personas completamente morales, debemos tener una moral que no dependa de nuestra fe cristiana.

Si Dios no existiera, y si pudieras hacer lo que quieras sin consecuencia alguna, ¿qué obligaciones seguirías cumpliendo? y, ¿qué prohibiciones seguirías guardando? Tus respuestas a estas preguntas determinan tu moral.

Las cosas que haces por temor a la gente, o por temor a Dios, no se tratan de moral sino de prudencia, de precaución, de cálculo egoísta. «El creyente que necesitara para respetar la moral la esperanza del paraíso o el miedo al infierno, no sería virtuoso: solo sería egoísta y prudente.»

André Comte-Sponville, Las más bellas reflexiones sobre la vida, 43.

La moral como práctica o como fingimiento

La moral existe para ayudarnos a fingir amar mientras todavía no hay amor en nosotros. Actuando según la moral, tratamos a las personas como si las amáramos, aún, cuando no las amamos. Y muchas veces, por medio de practicar la moral, poco a poco llegamos a amar de verdad.

De la misma manera, el derecho y la educación existen para ayudarnos a fingir ser morales cuando todavía nos falta la virtud. Las leyes y la escuelas nos obligan actuar como personas morales aún cuando no deseamos hacerlo.

  • El derecho nos enseña a fingir actuar de manera moral. «Y cuando no eres capaz de ser generoso, sé al menos honrado: paga tus impuestos y respeta escrupulosamente la propiedad de los demás.» (27)
  • La educación nos enseña a ser educados, a fingir respeto hacia las personas. (No sientes respeto cuando pides «perdón!» a alguien cuando por accidente lo empujas. Y cuando él responde, «No fue nada», él finge perdonarte).

Según Comte-Sponville, aunque se trata de fingir, no se trata de algo malo o engañoso:

«La moral es una apariencia de amor. El derecho y la educación son apariencias de moral. No por ello hay que despreciarlas...Una sociedad en la que todo el mundo respetara escrupulosamente tanto el derecho como las normas de educación sería, vista desde fuera, una sociedad casi perfecta.» (29) «...fingimos ser morales, es lo que se llama la legalidad y [los buenos modales]; fingimos amar, es lo que se llama la moral. ¿Es peor que el amor? Sin duda. ¡Pero es mucho mejor que la barbarie! El derecho y la educación nunca han salvado a nadie. Pero la delincuencia y la grosería, todavía menos.» (31)

André Comte-Sponville, Ni el sexo ni la muerte (México: Paidos, 2012), p. 27-31.